sábado, 4 de julio de 2015

A estas horas y yo/tú...

Y que si vinieras esta noche a mecerme entre tus brazos, seguramente el mundo se desvanecería, las estrellas cantarían nanas para mí y la suave música de tu voz me acompañaría hasta los intangibles dominios de Morfeo.

Que son tus manos las que dan valor a mis aspiraciones más recónditas, tu respiración la que me da aliento y tus sueños los que me hacen volar.

Nada da más miedo que la inmensidad de este universo cuando tu mágia no me envuelve. Se me hace pequeña la ilusión, mis ojos pierden la órbita, me tiembla la voz y siento que me cuesta latir.

Latir con todo, adelante, en círculos, sin pensar, sólo dejar que la sangre recorra el cuerpo.

No me alcanza la memoria para concentrar todos tus gestos, tus miradas, las caricias que me regalas.
Que es tanto lo que das, y no te das cuenta, tú no te das cuenta de todo lo que das...

Esa manía tuya de ser droga, esa manía mía de ser adicta a ti.
No hay metadona suficiente en el mundo para quitarme el mal que me hace no olerte la piel.

Y si vinieras esta noche... si vinieras.

Ven.

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