miércoles, 27 de septiembre de 2017

viernes, 7 de julio de 2017

Tú eres mi luz, mi única luz.
Tú me haces feliz, cuando el cielo está gris.
Nunca sabrás cuantísimo te quiero.
Por favor, no te lleves mi luz.

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Ya sé que no te llevas la luz. Es más, sé que ahora me acompaña a todas partes.
Pero qué duro es pensar que no volveré a oír un "Bona nit, princess. T'estimo molt", que no volveré a sentir el calor de tus brazos cuando se hiele mi mundo, que no podré volver a acurrucarme en tu olor...

Sólo me queda decirte, aunque ya lo sepamos, que te quiero, que te querré siempre. Que siempre te llevo conmigo.

Bon viatge, mi leona de madre.

https://youtu.be/5TUzB2fBUpY

martes, 4 de agosto de 2015

CÓMO ME GUSTA QUE LLUEVA DE NOCHE...

Cuando le quito dos puntos al suspense y luego no sé cómo seguir.

Cuando las palabras pesan más que las emociones y no sé qué más decir.

Cuando te miro y no te reconozco. Peor aún, te conozco y no quiero mirar.

Cuando sin pensar, acudes a mi mente, y sonrío y me dan ganas de llorar.

Cuando mi única reacción es temblar.

Y "la distancia hace el olvido" pero yo te recuerdo más.

Se va apagando el día, se cierne la oscuridad.

Sentimientos marchitos convertidos en cenizas que alimentan agonías de un verano frío.

Llorarle a Hades unos minutos más.

jueves, 23 de julio de 2015

jueves, 9 de julio de 2015

En mi ventana

siempre hay luz para ti.

Si quieres miento...

... y digo que nunca he bebido tu aliento.
Que no sé cómo suena tu voz recién despierto.

También puedo decir que no sé qué cosas te hacen reir, y que no albergo idea alguna acerca de si sueñas al dormir.

Podría hacerlo, seguro que sí. Pero no me iba a creer nadie y entonces, pa' qué?

Que no lo ves? Te nombro y se me escapa una sonrisa, la gente lo sabe, las personas también. Qué le voy a hacer?

Pero no desesperes, corazón, que si tú me lo pides, yo por lo menos lo intento.
Y miento.
Y digo que no conozco tu intimidad ni tu miedo a ser feliz.

Por ti? Qué no haría yo por ti. Si por ti hasta soy tu amiga, nada más.

domingo, 5 de julio de 2015

Tú eres una de esas extrañas criaturas que ha venido al mundo para ser amada, lo sé.

Desde la primera vez que tus ojos se clavaron en los míos supe que no me iba a quedar más remedio que amarte.

Esa mirada hogareña, tu sonrisa confiada, la manera con que enredas los dedos jugando con la música que llevas en la mano.

Lo supe, sencillamente vino a mí.

El olor a familia en tu pelo, el sonido reconfortante de tu risa, tu don para hacerme olvidar el día a día y sentir que por fín estoy en casa...

No sé cómo lo haces, te lo juro, no lo sé.
Pero cuando llegas, se hace de día a las 2 de la madrugada y todos los colores salen a celebrar que ya estás aquí.

Llenas mi piso y mi cama con tu voz, con tus historias absurdas acerca de cazar estrellas y de ser la Luna.

Aún me acuerdo, sabes? Sí, de cuando me dijiste que tú eras la Luna, ¡cómo me llegué a reir! Y para cuando me quise dar cuenta, tú controlabas todas mis mareas...

Lo cierto es que desde que llegaste, tengo todo un firmamento de estrellas durmiendo conmigo cada noche.

Tú y tus estrellas. Y las estrellas que cazaste para mí.