viernes, 4 de julio de 2014

Se hiela el mundo

"Asesinaste la magia a sangre fría.
La miraste a los ojos y la destrozaste.
La hiciste jirones, apenas pedazos.
Y desde entonces no brilla ni late su corazón.

La aplastaste miserablemente con tus palabras vacías.
Dejaste que agonizara con cada una de tus mentiras.
La veías retorciéndose de dolor y te dio igual.
Y ahora dices que la extrañas, que te arrepientes.

Pues jódete. Echala de menos, sufre.
Siente su ausencia y deja que te invada.
Ya no te queda ni un poquito de su recuerdo.
Tú lo hiciste, tú lo provocaste, fue tu elección.

Señoras. Señores. La magia ha muerto.
Llegó la hora del razocinio."

Y con estas palabras dio por terminada la sesión. Cerró la carpeta con los informes, miró de frente al acusado y abandonó la sala.

A los pocos instantes, empezaron a crujir las paredes, la temperatura bajó estrepitosamente y se dibujaron pequeñas capas de hielo en los cristales de las ventanas.
El edificio se estaba helando; aterrados, los pocos asistentes al juicio que aún quedaban en el lugar se precipitaron hacia la salida.
Más cual fue la sorpresa cuando se encontraron en la calle con semejante nevada cubriéndolo todo de blanco.

Y es que sin quererlo, la sentencia de la juez se había hecho efectiva por doquier.

Y sin magia el mundo había empezado a morir lentamente, helándose de frío.

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