... dibujan señales de prohibido en mis mejillas todas las noches antes de dormir.
Debería acordarme de desmaquillarme antes de meterme en la cama.
Pero alargar la hora de tomar horizontalidad se ha convertido en tradición desde que me abandonó tu necesidad.
Todavía bebo ron y aún lloro a escondidas tirada sobre sábanas sucias de recuerdos que atormentan mi memoria en busca de explicaciones.
Se enredan en mi pelo todas las preguntas que no fueron respondidas, y tiran y tiran fuerte reclamando la atención que se les negó.
Y no sueño. Y si sueño, te sueño y otra vez amanezco envejecida, invadida mentalmente por una realidad caprichosa e inexistente.
Me duelen las sienes de latirte tanto y entre latido y latido casi me olvido de decirte que no te olvido; que aunque lejanos, aquí siguen sellados mis labios por aquellos besos lamidos a suspiros.
Que extraño, al fin y al cabo, los momentos y los días no vividos. Y con los vividos me hago jirones la piel por que no cierren las heridas e impedir las cicatrices que asumen que te has ido.
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1999, Lol
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