jueves, 23 de julio de 2015

jueves, 9 de julio de 2015

En mi ventana

siempre hay luz para ti.

Si quieres miento...

... y digo que nunca he bebido tu aliento.
Que no sé cómo suena tu voz recién despierto.

También puedo decir que no sé qué cosas te hacen reir, y que no albergo idea alguna acerca de si sueñas al dormir.

Podría hacerlo, seguro que sí. Pero no me iba a creer nadie y entonces, pa' qué?

Que no lo ves? Te nombro y se me escapa una sonrisa, la gente lo sabe, las personas también. Qué le voy a hacer?

Pero no desesperes, corazón, que si tú me lo pides, yo por lo menos lo intento.
Y miento.
Y digo que no conozco tu intimidad ni tu miedo a ser feliz.

Por ti? Qué no haría yo por ti. Si por ti hasta soy tu amiga, nada más.

domingo, 5 de julio de 2015

Tú eres una de esas extrañas criaturas que ha venido al mundo para ser amada, lo sé.

Desde la primera vez que tus ojos se clavaron en los míos supe que no me iba a quedar más remedio que amarte.

Esa mirada hogareña, tu sonrisa confiada, la manera con que enredas los dedos jugando con la música que llevas en la mano.

Lo supe, sencillamente vino a mí.

El olor a familia en tu pelo, el sonido reconfortante de tu risa, tu don para hacerme olvidar el día a día y sentir que por fín estoy en casa...

No sé cómo lo haces, te lo juro, no lo sé.
Pero cuando llegas, se hace de día a las 2 de la madrugada y todos los colores salen a celebrar que ya estás aquí.

Llenas mi piso y mi cama con tu voz, con tus historias absurdas acerca de cazar estrellas y de ser la Luna.

Aún me acuerdo, sabes? Sí, de cuando me dijiste que tú eras la Luna, ¡cómo me llegué a reir! Y para cuando me quise dar cuenta, tú controlabas todas mis mareas...

Lo cierto es que desde que llegaste, tengo todo un firmamento de estrellas durmiendo conmigo cada noche.

Tú y tus estrellas. Y las estrellas que cazaste para mí.

sábado, 4 de julio de 2015

A estas horas y yo/tú...

Y que si vinieras esta noche a mecerme entre tus brazos, seguramente el mundo se desvanecería, las estrellas cantarían nanas para mí y la suave música de tu voz me acompañaría hasta los intangibles dominios de Morfeo.

Que son tus manos las que dan valor a mis aspiraciones más recónditas, tu respiración la que me da aliento y tus sueños los que me hacen volar.

Nada da más miedo que la inmensidad de este universo cuando tu mágia no me envuelve. Se me hace pequeña la ilusión, mis ojos pierden la órbita, me tiembla la voz y siento que me cuesta latir.

Latir con todo, adelante, en círculos, sin pensar, sólo dejar que la sangre recorra el cuerpo.

No me alcanza la memoria para concentrar todos tus gestos, tus miradas, las caricias que me regalas.
Que es tanto lo que das, y no te das cuenta, tú no te das cuenta de todo lo que das...

Esa manía tuya de ser droga, esa manía mía de ser adicta a ti.
No hay metadona suficiente en el mundo para quitarme el mal que me hace no olerte la piel.

Y si vinieras esta noche... si vinieras.

Ven.