viernes, 11 de julio de 2014

Persiguiendo "fantasmes illencs"

Passejo per carrers que tu ja has trepitjat, m'imagino que segueixo les teves passes, que miro el que tu vas veure. Fins i tot viatjo en el temps, perseguint el teu perfum.
T'acompanyo on eres sola, t'agafo de la mà, i fem aquell camí junts.

Ja no hi ets... o potser sóc jo el que no hi és.

Camino sol pels mateixos carrers que un dia, fa no gaire, et van donar companyia a tu.
Sento que em perdo, els peus em porten arreu i jo només els segueixo.
Com per apropar-te, la meva mirada et busca. Però no hi ets... ja no hi ets.
Només estic jo, perdut, caminant sense destí entre el que per tu només són records ja.

"Ets un home!" em dic, "Ets un home! Busca-la, joder, truca-la!" però no responc. Resto paralitzat davant la idea que ja no hi ets, que t'he perdut, que per tu només sóc l'ombra d'un record que es difumina en la llunyania del teu passat.

I continuo passejant, i cercant els indrets per on et vas voler perdre per oblidar-me; i et juro per Déu que sento la teva olor, i que l'aigua del mar em regalima galtes abaix.

viernes, 4 de julio de 2014

Se hiela el mundo

"Asesinaste la magia a sangre fría.
La miraste a los ojos y la destrozaste.
La hiciste jirones, apenas pedazos.
Y desde entonces no brilla ni late su corazón.

La aplastaste miserablemente con tus palabras vacías.
Dejaste que agonizara con cada una de tus mentiras.
La veías retorciéndose de dolor y te dio igual.
Y ahora dices que la extrañas, que te arrepientes.

Pues jódete. Echala de menos, sufre.
Siente su ausencia y deja que te invada.
Ya no te queda ni un poquito de su recuerdo.
Tú lo hiciste, tú lo provocaste, fue tu elección.

Señoras. Señores. La magia ha muerto.
Llegó la hora del razocinio."

Y con estas palabras dio por terminada la sesión. Cerró la carpeta con los informes, miró de frente al acusado y abandonó la sala.

A los pocos instantes, empezaron a crujir las paredes, la temperatura bajó estrepitosamente y se dibujaron pequeñas capas de hielo en los cristales de las ventanas.
El edificio se estaba helando; aterrados, los pocos asistentes al juicio que aún quedaban en el lugar se precipitaron hacia la salida.
Más cual fue la sorpresa cuando se encontraron en la calle con semejante nevada cubriéndolo todo de blanco.

Y es que sin quererlo, la sentencia de la juez se había hecho efectiva por doquier.

Y sin magia el mundo había empezado a morir lentamente, helándose de frío.